AQUÍ ENCONTRARÁS, ARTÍCULOS FOTOS Y VIDEOS SOBRE LAS FUERZAS ARMADAS MUNDIALES, EQUIPO MILITAR, ARMAS DE FUEGO, ARMAS BLANCAS, LAS GUERRAS MUNDIALES Y OTRAS GUERRAS, VIDEOS DOCUMENTALES, HISTORIA UNIVERSAL, HISTORIA ARGENTINA, BATALLAS Y COMBATES, BANDAS SONORAS DE PELÍCULAS BÉLICAS, DERECHOS HUMANOS, SUPERVIVENCIA, SOCORRISMO.

"Soy un hombre de armas, un soldado, scout. Paradójicamente, al único de mi especie que admiro, empuñó solamente la palabra, su técnica fue la humildad, su táctica la paciencia y la estrategia que le dio su mayor victoria fue dejarse clavar en una cruz por aquellos que amaba".

Desde La Trinchera Del Buen Combate en Argentina. Un Abrazo en Dios y La Patria.

26 de febrero de 2019

DETALLES DESCONOCIDOS DE LA VIDA DEL General JOSÉ FRANCISCO DE SAN MARTÍN. LO QUE NO CUENTA LA HISTORIA "OFICIAL".

General José de San Martín
El pasado 16 de julio publiqué un posteo acerca del nombramiento de Nuestra Señora del Carmen como Patrona y Generala del Ejército de los Andes por parte del mismísimo Grl San Martín, respaldado por documentación de la época.
Siendo ya refutado el supuesto "masonismo" de San Martín, hoy les comparto algunos aspectos no tan conocidos de la religiosidad del Libertador:
En 1812, cuando se creó el Regimiento de Granaderos a Caballo, el Padre de la Patria fomentó la piedad católica en sus cuadros y tropa en el cuartel de Retiro. Así nos lo dice un testigo ocular: 
“Después de la lista de diana se recitaban las oraciones de la mañana, y el rosario todas las noches en las cuadras, por compañías, dirigido por el sargento de la semana […]
Daguerrotipo de San Martín a los setenta años de edad (1848).
  • El domingo o día festivo, el regimiento formado con sus oficiales asistía al Santo Sacrificio de la Misa, que decía en el Socorro el capellán del regimiento […]
  • Todas estas prácticas religiosas se han observado siempre en el regimiento, aun mismo en campaña. Cuando no había una iglesia o una casa adecuada, se improvisaba un altar en el campo, colocándolo en alto para que todo el regimiento pudiese ver al oficiante […]
  • El capellán tenía la obligación de predicar al regimiento en ciertos días del año, para lo cual se erigía una cátedra en el mismo cuartel. O era una plática, sentado en una silla cuando estaba en campaña […]” (Memorias inéditas del coronel Manuel A. Pueyrredón- Historia de mi vida- 1947, p. 79.)
General José de San Martín
"La decidida protección que ha prestado al Ejército de los Andes su Patrona y Generala Nuestra Madre y Señora del Carmen, es demasiado visible. Un cristiano reconocimiento me estimula a preservar a dicha Señora [...] el adjunto bastón como propiedad suya y como distintivo de mando supremo que tiene sobre dicho Ejército". LIBERTADOR GRL D. JOSÉ DE SAN MARTÍN, 12 de agosto de 1818.
Ya en tierra chilena, encontramos, entre muchas otras, esta Orden General del Ejército, publicada el 5 de octubre de 1817 con la firma del Gran Capitán:
“Los señores jefes y oficiales que gusten acompañarme en la procesión del Rosario que se celebra esta tarde, lo verificarán a las 4 de ella en mi alojamiento. SAN MARTÍN” (Archivo O’ Higgins, XXIII, p. 119)
General José de San Martín
En efecto, en 1814 San Martín había sido nombrado gobernador intendente de Cuyo y se trasladó a Mendoza. En las afueras de la capital cuyana, en El Plumerillo, estableció el campamento del Ejército de los Andes. Es interesante ver un artículo del Código Militar del ejército libertador:
“Todo el que blasfeme contra el santo nombre de Dios, su adorable Madre, e insultare la religión, por primera vez sufrirá cuatro horas de mordaza atado a un palo en público, por el término de ocho días, y por segunda [vez] será atravesada su lengua con un hierro ardiendo, y arrojado del cuerpo […] Sea honrado el que no quiera sufrirlas. La Patria no es abrigadora de crímenes.” (AGN, Gobierno Nacional. Paso de los Andes, 1816-1817. S. X, C. IV, A. 3, n. 11.)
General José de San Martín
Mendoza, 5 de enero de 1817.
"Al asomar la bandera y la Virgen los cuerpos presentaron armas y batieron marcha. Al subir la imagen para colocarla en el altar, San Martín le puso su bastón de mando en la mano derecha" (1), "declarándola así en la advocación que representaba [Nuestra Señora del Carmen] Patrona del Ejército de los Andes." (2)
(1) GRL GERÓNIMO ESPEJO, "El Paso de los Andes", Bs As,1882, pág 483.
(2) DAMIÁN HUDSON, "Recuerdos Históricos de la Provincia de Cuyo", T. I, Bs As,1898, pág 129.
También el Gran Capitán comprendió la necesidad de la asistencia espiritual del Ejército de los Andes, tanto para el Hospital Militar de Mendoza, como para la tropa en general. Así se lo expuso al gobernador intendente de Mendoza, Cnl Toribio de Luzuriaga: 
“Se hace ya sensible la falta de un vicario castrense, que contraído por su instituto al servicio exclusivo del ejército, se halle éste mejor atendido en sus ocurrencias espirituales y religiosas que lo está actualmente por el párroco de la ciudad, cuyas ocupaciones inherentes a la vasta extensión de su feligresía le distraen de un modo inevitable. Si a todo se agrega carecer de capellán los cuerpos del ejército, convendremos en la absoluta necesidad de esta medida.” (AGN, Documentos referentes a la Guerra de la Independencia y Emancipación de la República Argentina, Bs. As., 1917, p. 372.)
Nuestra Señora de la Merced, Generala del Ejército Argentino
El resultado fue el nombramiento del presbítero José Lorenzo Güiraldes como capellán castrense, que pasó a ocupar su puesto en el campamento de El Plumerillo.
Para conocer la vida religiosa del ejército libertador, tenemos la crónica de un testigo ocular, el General Jerónimo Espejo, en su obra El Paso de los Andes:
“Los domingos y días de fiesta se decía Misa en el campamento y se guardaban como de descanso. En el centro de la plaza se armaba una gran tienda de campaña […]; allí se colocaba el altar portátil y decía la Misa el capellán castrense doctor don José Lorenzo Güiraldes o alguno de los capellanes de los cuerpos. El ejército se presentaba en el mejor estado de aseo; mandaba la parada el jefe de día, los cuerpos formaban al frente del altar en columna cerrada estrechando las distancias, presidiendo el acto el General acompañado del Estado Mayor. […]
Concluida la Misa, el capellán dirigía a la tropa una plática de treinta minutos poco más o menos, reducida por lo general a excitar las virtudes morales, la heroicidad en la defensa de la Patria y la más estricta obediencia a las autoridades y superiores.” (Gerónimo Espejo, El Paso de los Andes. Bs. As., 1882, p. 418.)
General José de San Martín
YA COMO PROTECTOR DEL PERÚ, SAN MARTÍN REDACTÓ Y PROMULGÓ EL 8 OCTUBRE DE 1821 EL ESTATUTO PROVISIONAL DEL PERÚ, CUYOS PRIMEROS ARTÍCULOS DICEN LO SIGUIENTE:
SECCIÓN PRIMERA
Art. 1o.- La Religión Católica, Apostólica, Romana, es la Religión del Estado: El Gobierno reconoce como uno de sus primeros deberes el mantenerla y conservarla por todos los medios que estén al alcance de la prudencia humana. Cualquiera que ataque en público o privadamente sus dogmas y principios, será castigado con severidad a proporción del escándalo que hubiese dado.
Art. 2o.- Los demás que profesen la Religión Cristiana, y disientan en algunos principios de la Religión del Estado, podrán obtener permiso del Gobierno con consulta de su Consejo de Estado, para usar el derecho que les compete, siempre que su conducta no sea trascendental al orden público. 
Art. 3o.- Nadie podrá ser funcionario público ni no profesa la Religión del Estado.
Estos hechos concretos debidamente documentados nos muestran que tampoco fue un masón como quieren hacernos creer algunos. Y a este respecto tenemos el testimonio de importantes masones, como Domingo Faustino Sarmiento, quien en su “Vida de San Martín” (Bs. As., Editorial Claridad, 1964, pág. 149) afirma que “[La Logia Lautaro] se revistió de las fórmulas, signos, juramentos y grados de las sociedades masónicas, pero no era una masonería, como generalmente se ha creído, ni menos las sociedades masónicas en la política colonial”.
Mausoleo del General José de San Martín en la Iglesia Catedral de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires - Argentina
Dicho sea de paso, el origen de la masonería en el Río de la Plata se da con posterioridad a la batalla de Caseros: fue en 1858, según la Logia del Rito Escocés Antiguo y Aceptado. Por su parte el masón chileno René García Valenzuela, en su obra “El origen aparente de la Francmasonería en Chile y la Respetable Logia Simbólica ‘Filantropía Chilena’, (págs. 91-94) sostiene que “a la Logia Lautarina se la ha querido confundir con una organización masónica regular, [aunque] siempre es posible rastrear parcialmente en ella, o detrás de ella, la ideología, organización y terminología masónicas.” , y que que “ninguno de los fundadores figura en los cuadros de las Logias Lautarinas, como tampoco en las agrupaciones de carácter político que han recibido de los historiadores profanos la impropia denominación de logias”. Y todavía más: el testimonio de las propias Grandes Logias Centrales de Masonería contemporáneas a la Logia Lautaro: la Gran Logia Unida de Inglaterra, la Logia Quatuor Coronati de Londres, la Gran Logia de Irlanda y la Gran Logia de Escocia, debido al requerimiento del historiador Patricio Maguire a la masonería argentina de pruebas documentales sobre el supuesto masonismo del Padre de la Patria, a la vez que expresa su admiración por el hecho de que si San Martín hubiese sido masón, cómo pudo legarle su sable a Juan Manuel de Rosas que, según la masonería, es un “execrable tirano”. Le responde un señor de apellido Coucelo que, en relación al sable, dijo “jamás, jamás, jamás, San Martín fue servidor de un tirano”, es decir, no dijo nada. Y lo mismo aconteció con el pedido de documentos probatorios sobre la supuesta pertenencia masónica del Libertador: “la documentación existe y en su momento sería puesta a disposición de algún historiador auténtico y de gran categoría”. Volvieron a dar la callada por respuesta.
 
Casamiento del General José de San Martín
Ante la falta de respuesta de los masones argentinos, Maguire se dirigió a esas grandes Logias Centrales mencionadas anteriormente, las que respondieron a sus preguntas. Las cuatro Logias Masónicas mencionadas coinciden en lo esencial: La Logia Lautaro era una sociedad secreta política, fundada en Buenos Aires en 1812 y no tenía relación alguna con la Francmasonería regular; ni San Martín, ni O’Higgins, ni Simón Bolívar nunca fueron miembros de las mismas. Esto se puede ver en la obra de Norberto Chindemi, “San Martín. Pensamiento y acción. Las logias”, Bs. As., Archivo Patricio J. Maguire, 1996.
Nuevamente, y lo vuelvo a reiterar por enésima vez: la HISTORIA se hace con documentos. Lo demás es relato…
De guardia. El sable corvo de San Martín, flanqueado por dos granaderos en la sala principal del Museo Histórico Nacional. /Andres D’Elia.
17 DE AGOSTO 1850 - PASO A LA INMORTALIDAD DEL LIBERTADOR GRL D. JOSÉ DE SAN MARTÍN, PADRE DE LA PATRIA.
Retirado a la vida privada, en 1824 se embarcó para Europa. Regresó en el año 1829, pero no quiso desembarcar para no tomar parte en las luchas civiles que desgarraban la Patria. De vuelta en Europa, San Martín se estableció definitivamente en la ciudad puerto francesa de Boulogne-sur-Mer, donde falleció el 17 de agosto de 1850.
General José de San Martín
El General San Martín se desempeñó a lo largo de su vida como Protector del Perú, Comandante en Jefe del Ejército Libertador del Perú, 3er Comandante en Jefe del Ejército de Chile, General en Jefe del Ejército de los Andes, 3er Gobernador Intendente de Cuyo, 5º General en jefe del Ejército del Norte, 1er Comandante del Regimiento de Granaderos a Caballo. Libertador de Argentina, Chile y Perú. Padre de nuestra Patria.
General José de San Martín
LA GENERALA DEL EJÉRCITO ARGENTINO: NUESTRA SEÑORA DEL CARMEN DE CUYO, ARGENTINA (16 DE JULIO)
La Virgen del Carmen de Cuyo es la contraparte Argentina de la Virgen del Carmen de Maipú. Es la misma devoción, solo que regional, que veneraron los libertadores de la zona de los Andes. Es la Generala del Ejército Argentina y “vive” en Mendoza.

Ya en el siglo XVIII se encuentra en la capital de la Provincia de Mendoza la imagen que hoy se venera.
.
Pues don Pedro de Núñez caballero de gran fortuna y devoción, donó la imagen y todo lo necesario para el culto de la Virgen del Carmen.

Primero estuvo en el templo de los Padres Jesuitas estando fundada la Cofradía.
En 1776, a raíz de la expulsión de la Orden, la imagen fue trasladada a la Iglesia de San Francisco, desde donde presidiría una de las más bellas jornadas de la historia de la patria Argentina.
La Gobernación de Cuyo era muy devota de Nuestra Señora del Carmen.
El General San Martín era muy devoto de Nuestra Señora de las Mercedes, razón por la cual le puso ese nombre a su hija.
Pero en Mendoza optó por la advocación del Carmen para respetar la devoción más común en la zona, previa consulta con sus compañeros de armas.
También entre los próceres argentinos era muy devoto de la Virgen del Carmen, el General Juan Gregorio de las Heras, el que ayudaba a llevar sus andas en las procesiones del 16 de julio.
Formó un hogar piadoso y al morir en Chile pidió a sus hijos que en cuanto pudieran lo trasladaran a tierra argentina.
Hoy la región de Cuyo está formada por la Provincias de Mendoza, San Juan y San Luis.
Se encuentra geográficamente en el oeste argentino, en frontera con Chile.
General José de San Martín
LA VIRGEN DEL CARMEN EN MENDOZA
Llega el año 1814, momento en el que San Martín hará de los pacíficos habitantes de Cuyo heroicos soldados forjadores de libertad.
Pero ellos necesitarán una Madre que los ampare y de sentido a tanto sacrificio.
Es conocida la profunda devoción que el Libertador profesó a la Virgen y que lo hizo nombrarla Generala de su Ejército.
Superando los respetos humanos de una época en la que el liberalismo había impuesto la idea de que “la religión es asunto privado”.

Tanta importancia dio al tema, que lo decidió con su Estado Mayor, según dice el General Espejo en su obra El Paso de los Andes:
.
“la devoción a la Virgen del Carmen estaba muy arraigada en Cuyo y casi todos los soldados llevaban su escapulario, por eso fue ella la que tuvo preferencia”.
.
Y más adelante describe la brillante ceremonia (5 de enero de 1817) durante la cual San Martín le entrega su bastón de mando, la nombra Generala, y hace bendecir también la Bandera de los Andes,
.
“saludada por dianas y la banda con cajas y clarines, mientras rompía una salva de veintiún cañonazos, ante el ejército de gran gala y todo el pueblo de Mendoza”.

General José de San Martín
Después de las victorias de Chacabuco y Maipú, el libertador dirigió al Superior del convento de San Francisco de Mendoza, la siguiente carta, cuyo original se exhibe, junto al bastón de mando, en la misma Basílica.
“La decidida protección y ayuda que ha prestado al Ejército de los Andes su Patrona y Generala, Nuestra Madre y Señora del Carmen, son demasiado visibles.
Un cristiano reconocimiento me estimula a presentar a dicha Señora, que se venera en el Convento que rige Vuestra Paternidad, el adjunto bastón como propiedad suya y como distintivo del mando supremo que Ella tiene sobre dicho Ejército”.
Dios guarde a V. P. Muchos años.
Mendoza y Agosto 12 de 1818.
José de San Martín
 General José de San Martín
Ambas reliquias, el bastón y la carta, se conservan hoy en el Camarín de la Virgen, como mudos testigos de la parte que Ella tuvo en la grandeza de alma del Libertador.
Siendo Generala del Ejército Argentino, junto a la banda, acompaña a la imagen de la bandera Argentina.
Como así también las banderas de Perú y Chile, al ser esta advocación Patrona de los dos países vecinos.
GENERALA DEL EJÉRCITO ARGENTINO
El espíritu cristiano que reviste toda la campaña de la Independencia y la unción con que los próceres máximos, Belgrano y San Martín, se encomendaran respectivamente a la Virgen Nuestra Señora de las Mercedes y Nuestra Señora del Carmen, inspiraron sucesivamente los decretos Nº 9.471 (22 de septiembre, 1943) y 27.549 (10 octubre, 1944. Ellos expresan que:

Art. 1 Queda reconocida con el grado de Generala del Ejército Argentino: la Santísima, bajo la advocación de Nuestra Señora del Carmen.

Art. 2 El Excmo. Señor Presidente de la Nación impondrá con los honores correspondientes, a la imagen de Nuestra Señora de las Mercedes, que se venera en el templo de la Victoria de la Ciudad de Tucumán.
Y en la Basílica de Nuestra Señora del Carmen de Cuyo, que se venera en el Templo de San Francisco, de la ciudad de Mendoza, la banda reglamentaria correspondiente a su alta jerarquía militar.
NUESTRA SEÑORA DEL CARMEN, PATRONA Y GENERALA DEL EJÉRCITO DE LOS ANDES.
La presencia de la Virgen Santísima en la Historia de nuestra Patria es importantísima e innegable. Desde el momento en que Cristóbal Colón izó su insignia de almirante en la "Santa María" hasta el día en que su armada tocó tierra el 12 de octubre de 1492, día de Nuestra Señora del Pilar. Desde el establecimiento del Real y Puerto de Santa María del Buen Ayre en 1536 por D. Pedro de Mendoza, hasta la intercesión de la Madre de Dios durante las invasiones inglesas de 1806 y 1807 en sus advocaciones del Rosario y de Luján con D. Santiago de Liniers. Desde Nuestra Señora de las Merced con el Grl Manuel Belgrano hasta Nuestra Señora del Rosario, nuevamente, que dio su nombre y patrocinio al Operativo del 2 de abril de 1982 que inició la Gesta Heroica de Malvinas.
La epopeya de los Andes del Libertador Grl D. José de San Martín, Padre de nuestra Patria, también contó con el patrocinio de María Santísima, esta vez bajo la advocación de Nuestra Señora del Carmen, que se convirtió en la Generala del Ejército de los Andes. La documentación de la época y el relato de sus protagonistas nos ayudan a ver la religiosidad del Gran Capitán y del Ejército de los Andes.
Virgen del Carmen de Cuyo
Bartolomé Mitre, en su clásica obra sobre San Martín, apuntó que "A imitación y ejemplo de su amigo y de su maestro de virtudes, el general Belgrano, eligió por patrona del Ejército a la Virgen del Carmen, de la devoción del pueblo de Mendoza; pero lo hizo con las formalidades graves de su carácter disciplinario. Sometió el punto a una junta de oficiales generales, y de acuerdo con ella la hizo declarar por tal en la Orden del Día".
Y así se llegó a la proclamación de Nuestra Señora del Carmen como Patrona del Ejército de los Andes y la jura de la bandera del mismo, ocurrida el 5 de enero de 1817 en la ciudad de Mendoza. El Libertador cursó la invitación al gobernador, Cnl Toribio de Luzuriaga:
“El domingo 5 del corriente se celebra en la Iglesia Matriz, la jura solemne de la Patrona del ejército y bendición de su bandera. V. S. al frente de la muy ilustre Municipalidad, Corporaciones, Prelados y Jefes militares y políticos de esta Capital, se servirá solemnizar la función con su asistencia, en que el ejército y yo recibiremos honra. Principiará a las cinco de la mañana.” 
Así llegó ese día, y ante una inmensa concurrencia que colmó las calles y plazas adornadas a tal efecto, el Ejército de los Andes marchaba hacia la capital mendocina desde El Plumerillo. Al frente iba el Grl Miguel Estanislao Soler, detrás suyo el Estado Mayor y las tropas. A las 10 de la mañana entraban en la ciudad entre aclamaciones del pueblo entusiasmado y el repique simultáneo de las campanas de ocho iglesias.
Llevaban todos los soldados el escapulario de Nuestra Señora del Carmen, según el testimonio de la hija de una testigo ocular del suceso:
“[En] la proclamación de la Virgen del Carmen que se veneraba en el templo de San Francisco, como Patrona del ejército de San Martín, […] todos los soldados ostentaban en el pecho el escapulario del Carmen.” 
La procesión entró solemnemente en la Iglesia Matriz. La imagen de la Virgen estaba en un trono junto al altar. El general San Martín y su comitiva se colocaron a la derecha del mismo; y en una bandeja de plata estaba doblada la bandera. Cuando se presentaron los ministros del altar para la Misa solemne, se levantó San Martín de su asiento, 
“y, subiendo al presbiterio, acompañado de los edecanes, tomó la bandeja con la bandera y la presentó al preste. Este la bendijo en la forma de ritual, bendiciendo también el bastón del General […]” 
Luego dio comienzo la Misa solemne. Al Evangelio el capellán castrense, Dr. José Lorenzo Güiraldes, pronunció un panegírico. Afuera, salvas de artillería acompañaban la solemnidad que se celebraba dentro del templo. La misa concluyó con Te Deum.
Se organizó nuevamente la devota procesión, encabezada por el clero. La Virgen volvía a salir ahora con la bandera de los Andes que sostenía a su lado el abanderado del ejército. Cuentan los testigos presenciales, el general Espejo y Damián Hudson:
“Al asomar la bandera y la Virgen los cuerpos presentaron armas y batieron marcha. […] Al subir la imagen para colocarla en el altar [San Martín] le puso su bastón [de mando] en la mano derecha ”, “[declarándola así] en la advocación que representaba, Patrona del ejército de los Andes.” 
Acallados los aplausos y aclamaciones, y dejando de sonar los instrumentos musicales de las diversas bandas militares que acompañaban la ceremonia, San Martín, 
“[tomando la bandera] en su diestra, y avanzando hasta las gradas del atrio, presentándose al pueblo y al ejército en esa actitud digna, marcial, tan esencialmente característica de su gallarda persona, con voz sonora, vibrante […]” 
Se dirigió a la tropa diciendo:
“¡Soldados: Esta es la primera bandera que se ha levantado en América!" La batió por tres veces, [y] cuando las tropas y el pueblo respondían con un ¡Viva la Patria!, rompieron dianas las bandas de música, de cajas y clarines, y la artillería hizo otra salva de veinticinco cañonazos.” 
La ceremonia concluyó con un brillante desfile militar. Sobre el entablado la Virgen del Carmen, como en trono de gloria, ostentaba en su diestra el bastón de mando que la constituía Patrona y Generala del Ejército de los Andes. Junto a Ella, el Gran Capitán, su Estado Mayor y las autoridades eclesiásticas y civiles, junto a un pueblo abarrotado que festejaba.
Antes de desalojar la plaza, 
“los cuerpos formaron en columna para escoltar a la Virgen hasta dejarla en su Iglesia.” 
Así el Ejército de los Andes, luego de encomendarse a la Madre del Dios de los Ejércitos, podía emprender la campaña libertadora. Ya tenía el ejército sanmartiniano su Patrona y su enseña guerrera. Con la protección de María Santísima, la bandera de la libertad flamearía victoriosa en los campos de Chile, Perú y Ecuador.
En mayo de 1818, el Padre de la Patria, vencedor de Maipú, pasó por Luján y visitó el santuario de la Virgen Santísima. El 12 de agosto de 1818 enviaba su bastón de mando a la Virgen del Carmen con una carta adjunta para el Padre Guardián del Convento de San Francisco de Mendoza:
“La decidida protección que ha prestado al ejército de los Andes su Patrona y Generala Nuestra Señora del Carmen, son demasiado visibles.
Un cristiano reconocimiento me estimula a presentar a dicha Señora (que se venera en el convento que rige V.P.), el adjunto bastón como propiedad suya y como distintivo del mando supremo que tiene sobre dicho ejército.
Dios guarde a V. P. muchos años. JOSÉ DE SAN MARTÍN.”
Virgen del Carmen de Cuyo
En consonancia con el sentimiento de piedad y gratitud hacia la Madre de Dios, el decreto del 22 de septiembre de 1943 distinguía con el grado de Generala del Ejército Argentino a la Santísima Virgen María bajo las advocaciones de Nuestra Señora de la Merced y Nuestra Señora del Carmen. Ordenaba, así mismo la imposición de la banda reglamentaria correspondiente a su alta jerarquía militar. Impusieron las insignias el entonces presidente de la Nación, Grl Pedro Pablo Ramírez a las imágenes de Nuestra Señora de las Mercedes de Tucumán y de la Capital Federal; el posterior presidente Grl Edelmiro Julián Farrell a la de Corrientes; y el entonces vicepresidente, Cnl Juan Domingo Perón, a la imagen de Nuestra Señora del Carmen de Cuyo. 
El entrecomillado está sacado de:
Bartolomé Mitre, Historia de San Martín y de la emancipación sudamericana, Bs As, El Ateneo, 2012, p. 264.
Gerónimo Espejo, El Paso de los Andes. Bs. As., 1882. Documentos del Archivo de San Martín (Comisión Nacional del Centenario). T. II, Bs. As. 
Apuntes Históricos sobre la Virgen del Carmen de Cuyo y el Convento Franciscano de Mendoza. Bs. As., 1911. Damián Hudson, Recuerdos Históricos sobre la Provincia de Cuyo, T. I, Bs. As., 1898. 
Carta de San Martín al Guardián del convento franciscano de Mendoza, exhibida en el camarín de la Virgen del Carmen de Cuyo del mismo.
General José de San Martín
Fuente:
http://forosdelavirgen.org/172/nuestra-senora-del-carmen-de-cuyo-argentina-16-de-julio/
Ignacio David Cherino

No hay comentarios.:

Publicar un comentario